La terapia conductual para el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es una intervención psicológica centrada en modificar conductas problemáticas mediante el refuerzo positivo, el establecimiento de rutinas y límites claros, y el desarrollo de habilidades de autorregulación. Es especialmente eficaz en niños, pero también se adapta a adolescentes y adultos.
Objetivos principales:
- Reducir conductas impulsivas, hiperactivas o inatentas.
 - Reforzar comportamientos positivos.
 - Mejorar la organización, la gestión del tiempo y la toma de decisiones.
 
Componentes clave de la terapia conductual:
1. Reforzamiento positivo
- Elogios, recompensas o privilegios cuando se cumplen metas conductuales.
 - Ej.: “Si completas la tarea sin distraerte, puedes jugar 20 minutos”.
 
2. Economía de fichas
- Sistema de puntos o fichas que se canjean por recompensas.
 - Muy útil en casa o escuela.
 
3. Entrenamiento en habilidades sociales
- Enseña a iniciar y mantener conversaciones, respetar turnos, controlar impulsos.
 
4. Modificación del entorno
- Minimizar distracciones, crear rutinas, usar recordatorios visuales o auditivos.
 
5. Técnicas de autocontrol
- Respiración profunda, pausas antes de actuar, autoevaluación.
 
6. Entrenamiento para padres y maestros
- Enseñar cómo aplicar técnicas conductuales en casa y en el aula.
 
Terapia para adolescentes y adultos:
- Se enfoca más en la gestión del tiempo, planificación, resolución de problemas y autorregulación emocional.
 - Puede combinarse con terapia cognitivo-conductual (TCC).
 
Te daré datos curiosos y sorprendentes sobre el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) que tal vez no conocías:
1. No siempre es hiperactividad.
No todas las personas con TDAH son hiperactivas. Existe el tipo inatento, donde predomina la distracción, la desorganización y la “desconexión”, especialmente común en mujeres y niñas.
2. No es un problema de inteligencia
Las personas con TDAH pueden tener un coeficiente intelectual promedio o superior. Algunos incluso destacan en áreas creativas o innovadoras gracias a su pensamiento no lineal.
3. Tiene una base genética fuerte
Se estima que el TDAH es hereditario en un 70-80% de los casos. Es común que padres o hermanos también tengan síntomas.
4. El cerebro funciona de forma diferente
Las personas con TDAH tienden a tener menos actividad en áreas cerebrales relacionadas con la atención y el control de impulsos, especialmente en la corteza prefrontal.
El TDAH está ligado a una hipersensibilidad a la dopamina,
lo que explica por qué es más fácil enfocarse en tareas que son estimulantes o
interesantes (hiperfoco), pero difícil hacerlo en tareas aburridas.
6. Puede mejorar con el tiempo (pero no se “cura”)
Muchas personas aprenden a manejar sus síntomas en la adultez, aunque el TDAH no desaparece. Cambia la forma en que se manifiesta.
7. Puede coexistir con otros trastornos
Es muy común que el TDAH aparezca junto con ansiedad, depresión, trastorno oposicionista desafiante o problemas de aprendizaje.
8. El “hiperfoco” es real
Aunque parezca contradictorio, algunas personas con TDAH pueden concentrarse intensamente en actividades que les apasionan, perdiendo noción del tiempo.
0 Comentarios